En el vasto universo de la música, a veces me encuentro con sorpresas que dejan una huella imborrable. Recientemente, mientras exploraba material de Steve Hackett, el legendario exguitarrista de Genesis, me topé con un video de su colaboración con la banda húngara Djabe, con quienes ha trabajado en múltiples ocasiones. Djabe es reconocida por su habilidad para fusionar jazz contemporáneo, world music y rock progresivo, creando un sonido orgánico, lleno de matices y una libertad creativa que resulta refrescante. Aunque antes no había prestado mucha atención a estas colaboraciones, decidí darles una oportunidad, y la verdad es que quedé completamente maravillado. Es, sin duda, una de las mejores fusiones de jazz y rock progresivo que he tenido el placer de escuchar.
Lo que más me sorprendió fue la conexión musical entre Hackett y Djabe, especialmente en su álbum Freya Arctic Jam. Este proyecto nació de una serie de improvisaciones durante su estancia en Noruega, donde participaron en el Bodo Jazz Open, un festival que tiene lugar a cien kilómetros por encima del Círculo Polar Ártico. El 30 de enero de 2024, aprovecharon los días previos a su actuación en el Svömmehallen Scene para grabar extensas sesiones de improvisación. Al escuchar los resultados, decidieron dar forma a un álbum completo, y el resultado es simplemente impresionante.
Hackett aporta su característico y emotivo toque de guitarra, mientras que Djabe teje una base musical rica y llena de detalles, con Tamás Barabás en el bajo y sintetizadores, Attila Égerházi en la guitarra y percusión, Péter Kaszás en la batería, Áron Koós-Hutás en la trompeta y Zoltán Bubenyák en los teclados. Escuchar Freya Arctic Jam es como emprender un viaje sonoro hacia los gélidos paisajes del norte, donde la improvisación y la composición se fusionan de manera natural y fascinante. Me alegra haberme dejado llevar por la curiosidad, porque descubrí una joya musical que no puedo dejar de recomendar.
El proceso de creación fue igual de interesante. Los músicos tuvieron tres días en el Svömmehallen para preparar su actuación, un tiempo más que suficiente para un grupo tan experimentado. Attila propuso aprovechar ese espacio para grabar improvisaciones, como ya habían hecho en Cerdeña. Tamás, el bajista, llegó con algunas ideas preliminares que sirvieron como base para las sesiones. Pero no se limitaron a tocar música: la banda realizó pequeñas excursiones para inspirarse en el entorno ártico. Visitaron un restaurante inspirado en la Edad de Piedra y experimentaron dos intensas tormentas de invierno, vivencias que quedaron plasmadas en los temas 4, 5 y 7, y que formaron el núcleo de Freya Arctic Jam.
Sin embargo, esto no fue suficiente para completar un álbum. De regreso a Hungría, Tamás se reunió con el baterista Peti Kaszás, y juntos grabaron más improvisaciones de bajo y batería. Estas grabaciones fueron enviadas a Steve y al resto de la banda, quienes poco a poco añadieron sus partes. Tamás, como en proyectos anteriores, se encargó de mezclar todas las pistas y dar forma final al álbum.
Según comentan Steve y los miembros de Djabe, toda la experiencia fue mágica y única, potenciada por el entorno ártico. Los fuertes vientos y el silencio gélido parecían envolver la música, como si la naturaleza misma estuviera colaborando en la creación. Las auroras boreales iluminaron las noches de grabación, añadiendo un componente visual que se reflejó en la espontaneidad y la intensidad emocional de las improvisaciones. Fue más que una grabación: fue un ritual musical, un diálogo íntimo entre los artistas y la vastedad del paisaje helado.
En 2025, esta alianza artística nos regala Freya Arctic Jam, un álbum que transporta al oyente a paisajes helados y mágicos, donde cada nota parece resonar en la inmensidad del Ártico. Hackett, con su inconfundible estilo, aporta una dimensión onírica y nostálgica a las composiciones de Djabe, mientras que la banda envuelve cada solo con atmósferas envolventes y una paleta sonora llena de matices.
El disco se construye como una travesía sonora. Piezas como In The Silence brillan con delicadas armonías que evocan las luces del norte, mientras que Storm Is Brewing nos sumerge en un viaje introspectivo, con Hackett tejiendo melodías que flotan sobre capas de teclados y percusiones sutiles. La interacción entre los instrumentos crea un ambiente mágico, y el punteo final de Hackett en este tema es, sin duda, uno de los mejores momentos de su carrera.
Freya Arctic Jam no es solo un álbum; es una experiencia sensorial que invita a la contemplación y al asombro. La simbiosis entre Steve Hackett y Djabe es perfecta, creando un espacio donde la improvisación y la composición se funden con naturalidad, llevando al oyente a un territorio musical inexplorado y fascinante.
Esta obra es un testimonio de la capacidad de la música para traspasar fronteras y unir almas creativas en la búsqueda de la belleza. Para los seguidores de Hackett, Djabe y cualquier amante de los sonidos progresivos y experimentales, Freya Arctic Jam es un viaje que no se puede dejar pasar.
Comentarios
Publicar un comentario