“Sunday Bloody Sunday” – La canción que definió a U2 y que sigue doliendo 42 años después.
El 30 de enero de 1972, en Derry (Irlanda del Norte), soldados británicos dispararon contra una marcha pacífica por los derechos civiles: 14 muertos, 14 heridos, muchos de ellos adolescentes. Ese día quedó marcado para siempre como Bloody Sunday. Once años después, cuatro jóvenes de Dublín transformaron aquel horror en una de las canciones de protesta más poderosas de la historia del rock.
La canción abre el álbum “War” (1983) y fue lanzada como tercer sencillo únicamente en Alemania y Países Bajos, mientras otros países recibían “Two Hearts Beat as One” y “New Year’s Day”. Aun así, “Sunday Bloody Sunday” penetró en las radios, en la cultura popular y en la conciencia colectiva. Rolling Stone la situó en el puesto #268 de las 500 Mejores Canciones de Todos los Tiempos.
Origen: la rabia y la crisis creativa de The Edge (1982).
Lejos de Bono —que estaba en Jamaica de luna de miel junto a Ali Hewson—, The Edge se encontraba en Malibú atravesando una fuerte discusión con su novia y dudando de su talento como compositor. Esa madrugada, incapaz de dormir, tomó su guitarra y de su frustración surgió un riff militar, marcial, como un eco de tambores de guerra. Al día siguiente ya tenía la columna vertebral de la canción.
Cuando Bono regresó, escuchó el riff y escribió la letra en una sola sesión. Desde el primer momento tuvieron claro que no querían una canción pro-IRA ni pro-británica. Querían gritar un “¡BASTA!” rotundo a la violencia de ambos bandos. De ahí la frase que sintetiza su espíritu:
“How long, how long must we sing this song?”
Grabación en Windmill Lane Studios (Dublín).
Larry Mullen Jr. se negó inicialmente a usar un click track porque quería conservar el “pulso humano”. El productor Steve Lillywhite lo convenció, y ese patrón rítmico tenso y marcial se convirtió en uno de los elementos más distintivos de la canción.
El violinista folk Steve Wickham, casi por casualidad, pasó por el estudio, conectó su violín eléctrico y grabó en una sola toma ese lamento que abre y cierra la canción. Fue el toque final que completó la atmósfera bélica y dolorosa del tema.
En los primeros conciertos, especialmente en EE. UU., muchos malinterpretaron la canción como un himno pro-IRA. Bono, frustrado, comenzó a salir al escenario con una bandera blanca, gritando:
“This song is not a rebel song! This song is Sunday Bloody Sunday!”
Con el tiempo, esa bandera blanca se convirtió en un símbolo de rendición a la paz.
Momentos históricos en vivo:
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Red Rocks (1983) bajo la lluvia torrencial —la versión de Under a Blood Red Sky que catapultó a U2 al mundo.
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Sarajevo (1997): tocarla ante 45.000 personas que habían sobrevivido al asedio. Muchos rompieron a llorar.
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París (2015): tras los atentados en el Bataclan, la interpretación junto a Eagles of Death Metal fue un estremecedor acto de homenaje.
Reflexiones de la banda:
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Larry Mullen Jr. (1983): “No es una canción sobre el Bloody Sunday del 72. Es una canción sobre todos los Bloody Sundays que siguen ocurriendo.”
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The Edge: “Queríamos que sonara como si estuvieras en medio de una batalla, pero que al mismo tiempo te diera esperanza.”
En 2022, durante la invasión rusa, Bono y The Edge tocaron una versión acústica en el metro de Kiev. Un soldado ucraniano les pidió precisamente “Sunday Bloody Sunday”. Bono respondió:
“Esta canción es también vuestra ahora.”
“Sunday Bloody Sunday” no es solo una canción de U2.
Es un recordatorio de que el rock, cuando se hace con honestidad, valentía y verdad, puede ser más poderoso que cualquier discurso político. Mientras sigan existiendo guerras absurdas, injusticias y violencia… seguiremos teniendo que cantarla.
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