Thick as a Brick: de Jethro Tull y el Pasaje del Poet and the Painter
Dentro de la vorágine del rock progresivo de los 70, pocos álbumes han alcanzado la audacia satírica y la complejidad musical de Thick as a Brick, la obra maestra de Jethro Tull lanzada el 3 de marzo de 1972. Este disco, presentado como una sola pieza continua dividida en dos lados de vinilo, no es solo un ejercicio de virtuosismo instrumental, sino también una parodia mordaz del género del “álbum conceptual”.
Ian Anderson, el enigmático líder de la banda, concibió la obra como una respuesta irónica a los críticos que habían descrito a Aqualung (1971) como un álbum conceptual. Para exagerar el absurdo, Jethro Tull creó un paquete que imitaba un periódico local, el ficticio St. Cleve Chronicle and Linwell Advertiser, lleno de artículos absurdos, crucigramas y reseñas de un poema épico atribuido a Gerald Bostock, un niño prodigio de ocho años supuestamente expulsado de la escuela por sus versos “inmorales”.
El nacimiento de un clásico paródico
Thick as a Brick apareció en pleno auge del rock progresivo, cuando bandas como Yes, Genesis o King Crimson experimentaban con narrativas épicas. Tull llevó el concepto al extremo: 43 minutos de música ininterrumpida, envueltos en un periódico satírico de 16 páginas. El álbum alcanzó el número 1 en las listas de Reino Unido y Estados Unidos, consolidando a la banda como pionera del género.
La formación de la época incluía a Anderson en voz y flauta, Martin Barre en guitarra, John Evan en teclados, Jeffrey Hammond en bajo y el recién llegado Barrie “Barriemore” Barlow en batería. Sus conciertos combinaban teatralidad, virtuosismo y humor, recreando en vivo el espíritu juguetón del disco. Con el tiempo, críticos como John Cunningham lo definieron como “la mayor parodia del rock progresivo jamás grabada”.
La reedición del 40º aniversario
En 2012, Chrysalis y Parlophone celebraron cuatro décadas del álbum con la 40th Anniversary Special Collector’s Edition, producida y mezclada por Steven Wilson.
El trabajo de Wilson reveló capas ocultas de la música, resaltando la interacción entre flauta, guitarra y teclados, haciendo que el álbum suene sorprendentemente fresco. La edición se agotó rápidamente y fue reeditada en 2022 para el 50º aniversario, manteniéndose como pieza de culto para coleccionistas y fans.
“The Poet and the Painter”: un pasaje de contrastes
Dentro de la suite épica, la sección The Poet and the Painter (aprox. 5:00–10:29 de la Parte I) se erige como uno de los momentos más poéticos y reveladores. Anderson contrapone la contemplación artística con la brutalidad de la guerra:
The Poet and the Painter casting shadows on the water
As the sun plays on the infantry returning from the sea.
The do-er and the thinker: no allowance for the other
As the failing light illuminates the mercenary’s creed.
“El Poeta y el Pintor proyectan sombras sobre el agua
Mientras el sol juega sobre la infantería que regresa del mar.
El hacedor y el pensador: sin concesión para el otro
Mientras la luz agonizante ilumina el credo del mercenario.”
En otros pasajes de la canción , resalta el contraste entre lo pastoral —el fuego del hogar, los caballos en la niebla matutina— y lo bélico —la infantería regresando, el credo mercenario— refleja la dualidad de la existencia humana. El poeta levanta su pluma mientras el soldado envaina su espada: metáfora del ciclo eterno entre destrucción y creación.
Más adelante, la juventud aparece representada en el niño que construye castillos de arena frente al mar, símbolo de inocencia efímera que pronto será arrastrada por la marea de las expectativas sociales. Es un canto a la fragilidad de los ideales juveniles antes de ser absorbidos por la realidad adulta.
Musicalmente, el pasaje fluye entre un solo de flauta hipnótico y riffs de guitarra eléctricos, creando un paisaje sonoro que oscila entre lo bucólico y lo caótico. En la mezcla de Steven Wilson, esta riqueza se escucha con mayor nitidez, subrayando los contrastes líricos y sonoros.
Legado eterno
Aunque nació como parodia, Thick as a Brick se ha convertido en uno de los pilares del rock progresivo. Su reedición del 40º aniversario no solo preserva el ingenio de Anderson, sino que lo amplifica para nuevas generaciones. Pasajes como The Poet and the Painter mantienen intacta su capacidad de conmover y provocar reflexión, recordándonos que la humanidad sigue dividida entre creadores y destructores.
En 2025, este ladrillo sigue siendo tan sólido como eterno. Para redescubrirlo, nada mejor que sumergirse en la reedición: un viaje indispensable para todo amante del prog y de las narrativas audaces.
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