Si llevas 21 años esperando un nuevo álbum de estudio de Peter Gabriel, entiendes perfectamente lo que significa la palabra “fe”.
Desde Security (1982), So (1986), Us (1992) y Up (2002), cada disco suyo ha sido un evento. No saca música porque “toca”, la saca cuando la música está absolutamente lista. Y “i/o” (2023) es la prueba definitiva de que esa espera valió cada segundo.A sus 73 años, Peter Gabriel no vino a cumplir expediente: vino a recordarnos por qué es uno de los tres o cuatro artistas vivos más importantes del planeta. “i/o” no solo está a la altura de sus obras maestras; en muchos aspectos las supera en madurez, profundidad emocional y ambición sonora.
El disco se fue construyendo luna a luna durante 2022-2023: cada mes de luna llena lanzaba una canción nueva con tres mezclas distintas (Bright-Side Mix de Mark Spike Stent, Dark-Side Mix de Tchad Blake y la Atmos/In-Side Mix en Dolby Atmos de Hans-Martin Buff). Fue una experiencia colectiva nunca vista: íbamos descubriendo el álbum como si estuviéramos dentro del estudio con él. Eso ya de por sí lo hace histórico.El alma del álbum“i/o” es un disco sobre la luz y la oscuridad, sobre la conexión y la desconexión, sobre envejecer sin rendirse, sobre perdonar y seguir adelante. Gabriel lo ha descrito como su álbum “más personal y optimista” y se nota. Hay rabia (The Court), hay miedo (Olive Tree), hay asombro (This Is Home), hay humor (Playing for Time), hay esperanza brutal (Live and Let Live).
La producción es una locura: la sección rítmica sigue siendo tan africana/polirrítmica como en sus discos de los 80, pero ahora con bajos electrónicos profundísimos, orquestaciones de otro mundo (gracias a la Orquesta Sinfónica de Soweto en varias canciones) y detalles que solo se revelan después de 20 escuchas. Tony Levin, Manu Katché y David Rhodes están en modo bestia absoluta, como si tuvieran 30 años otra vez. Brian Eno aparece en cuatro temas aportando texturas imposibles. Y la voz de Peter… Dios, esa voz. Más grave, más rota, más sabia, más hermosa que nunca.
Live and Let Live: la canción que cierra el disco y abre el corazónY llegamos al final del viaje: la pista 12, “Live and Let Live”.Es, sin ninguna duda, una de las mejores canciones que Peter Gabriel ha escrito en toda su carrera. Punto.Comienza con un bajo profundo y unos coros africanos que te agarran la nuca. Luego entra la guitarra de Rhodes con ese delay tan suyo, y de repente Peter canta: " Just howmuch does it have to hurtBefore you let go the pain ? ...y ya estás perdido "
La letra es un manifiesto de perdón radical después de toda la oscuridad del mundo: guerras, odio, polarización. Habla de Mandela, de la Comisión de la Verdad y Reconciliación en Sudáfrica, de la capacidad humana de sanar incluso después del horror. Es Peter Gabriel en su versión más espiritual, pero sin sermonear: te lo canta al oído como un abuelo sabio que ha visto demasiado.Y luego llega el clímax… Madre mía, el clímax.A partir del minuto 5:30 aproximadamente, empiezan a entrar coros góspel africanos, la batería de Manu Katché se vuelve tribal, la guitarra llora, y Peter empieza a improvisar vocalmente como en sus mejores momentos en vivo. Los coros se multiplican, la orquesta entra, y de repente estás flotando. Es uno de esos momentos en los que la música trasciende y se convierte en experiencia religiosa. Lloré la primera vez que lo escuché en Dolby Atmos con audífonos. Lloré la segunda. Y la décima. Y sigo llorando.“Live and Let Live” no solo cierra “i/o”; cierra un ciclo de 50 años de carrera. Es Peter diciéndonos:
“He visto el horror y he visto la luz. Y elijo la luz. Vosotros también podéis elegirla.”En resumen“i/o” no es solo el mejor álbum de 2023 para mí (y para muchos). Es la confirmación de que Peter Gabriel sigue siendo el artista más valiente, más curioso y más humano que tenemos. A los 73 años podría haberse jubilado en la gloria de “Sledgehammer” y “In Your Eyes”. En vez de eso, se pasó dos décadas cocinando un disco que nos vuelve a romper y a reconstruir.Si todavía no lo escuchaste completo, hazlo sin interrupciones. Y cuando llegues a “Live and Let Live”, prepárate: esa canción no te va a dejar igual.Gracias, Peter, por seguir creyendo que la música puede cambiar el mundo.
Y gracias por recordarnos que todavía podemos vivir y dejar vivir.
I’ll see you on the Bright-Side, maestro. 



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