🎵 “Mi viaje con Genesis: de Foxtrot a Selling England by the Pound”
Después de quedar absolutamente fascinado con el disco Foxtrot, me encontraba en un estado de anticipación y emoción casi insoportable. Foxtrot había sido un punto de inflexión no solo para Genesis, sino para todo el rock progresivo: un álbum monumental que combinaba la épica narrativa de Supper’s Ready con la complejidad instrumental y el sentido teatral que ya definían a la banda. Su éxito, tanto entre los críticos como entre los fans, consolidó a Genesis como una de las agrupaciones más innovadoras del momento, capaces de rivalizar con gigantes como Yes, King Crimson o Pink Floyd.
El listón había sido colocado muy alto por Genesis, y mis expectativas para su siguiente álbum eran enormes.
Ahora sabemos que estábamos en los comienzos del rock progresivo, un momento en el que se estaban gestando las grandes obras maestras que hoy, casi 50 años después, siguen siendo veneradas.
Y entonces llegó Selling England by the Pound.
No puedo describir la emoción que sentí al escuchar este álbum por primera vez. Era una auténtica genialidad, una obra maestra que superaba todas mis expectativas. Desde el primer acorde de Dancing with the Moonlit Knight, era evidente que estábamos presenciando el talento de Genesis llevado a su máxima expresión.
Cada una de las ocho canciones de este álbum se sentía como un viaje en sí mismo, una exploración de la creatividad y la maestría musical del grupo. El lirismo de Peter Gabriel, las atmósferas de Tony Banks, la precisión de Phil Collins, la sensibilidad melódica de Steve Hackett y el pulso firme de Mike Rutherford conformaban un todo perfecto, casi alquímico.
Fueron muchas veces y muchas horas las que estuve escuchando este disco, un disco al que le tengo una admiración especial.
Pero hoy quiero destacar especialmente “The Cinema Show”, una de esas composiciones que parecen existir fuera del tiempo.
🎭 The Cinema Show
The Cinema Show es, para mí, el corazón emocional y musical del álbum. Su comienzo es delicado, casi íntimo, con esa historia de Romeo y Juliet trasladada al mundo moderno: dos jóvenes que buscan algo de trascendencia en la banalidad cotidiana. Pero poco a poco, la canción se va transformando, creciendo, hasta alcanzar un clímax instrumental que roza lo sublime.
La sección instrumental de esta canción surgió de una sesión improvisada entre Mike Rutherford, Tony Banks y Phil Collins, y me parece de lo mejorcito que han hecho.
La letra, escrita por Banks y Rutherford, es una fascinante mezcla de referencias que incluye la historia de Romeo y Julieta, la figura mitológica de Tiresias y el poema “The Waste Land” de T.S. Eliot.
Es una pieza que encapsula la esencia de Genesis: una fusión de narrativa clásica y modernidad, todo envuelto en una ejecución musical que es simplemente sublime.
La segunda mitad, dominada por el teclado de Tony Banks y la batería precisa de Phil Collins, es una verdadera lección de construcción musical: nueve minutos de puro virtuosismo progresivo que se despliegan con una naturalidad pasmosa.
Cada nota, cada cambio de compás, parece conducirnos hacia una especie de revelación sonora, una experiencia casi espiritual.
“The Cinema Show” no es solo una canción; es una experiencia auditiva que me conmueve.
Cada vez que escucho “The Cinema Show”, me sumerjo en un mundo de imágenes y emociones. Es una canción que va más allá de lo meramente musical: una experiencia completa que despierta todos mis sentidos y me transporta a lugares lejanos y tiempos pasados.

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