La Desgarradora Oda al Desamor en Led Zeppelin III: “Since I’ve Been Loving You”
En 1970, Led Zeppelin se enfrentó a un dilema. Tras dos álbumes de rock estruendoso y directo, la banda se retiró a la campiña galesa de Bron-Yr-Aur para componer Led Zeppelin III. El resultado fue un disco sorpresivamente acústico y folk, que desconcertó a la crítica. Sin embargo, en medio de esa calma pastoral, late un volcán de blues eléctrico, una pieza que mira directamente a las raíces más oscuras del género: “Since I’ve Been Loving You”.
El Origen de una Joya del Blues Rock
La historia de esta canción se remonta a 1969, cuando originalmente estaba destinada para el álbum Led Zeppelin II, pero fue reemplazada por “Whole Lotta Love”. Aunque fue una de las primeras composiciones preparadas para Led Zeppelin III, su grabación resultó ser la más desafiante.
La leyenda cuenta que Jimmy Page, en busca del tono perfecto para su solo de guitarra, pasó por incontables tomas sin conseguir la magia deseada. Exhausto, tomó un descanso y encontró un antiguo amplificador desenchufado. En un último intento, grabó el solo que, según el ingeniero de sonido Terry Manning, capturó “uno de los mejores solos en la historia del rock”.
La Confesión de un Corazón Quebrado
Desde los primeros segundos, la canción te envuelve en una niebla de desesperación. No es solo música; es una confesión, una escena dramática montada en un lienzo de Do menor.
La batería de John Bonham entra con un ritmo lúgubre, casi fúnebre, mientras el órgano Hammond de John Paul Jones sostiene el aire con un tono profundo y solemne. En lugar de tocar el bajo, Jones usa los pedales del órgano, logrando una base sonora que parece suspender el tiempo.
Y luego llega la voz. Robert Plant no canta esta canción: la exhala.
La letra es el testimonio de un hombre al borde de la locura por un amor que lo consume:
“Workin’ from seven to eleven every night / Really makes life a drag…”
No es solo el cansancio físico, sino la fatiga emocional de darlo todo por alguien que no lo merece. Plant aúlla su desesperación, grita su frustración hasta alcanzar la catarsis. Su interpretación es tan cruda y real que casi podemos sentir el nudo en su garganta.
El Alma Torturada de la Guitarra de Page
Si Plant es la voz del tormento, Jimmy Page es su eco interior.
Su guitarra no acompaña: dialoga con la voz. Cada nota parece una lágrima eléctrica que responde a los gemidos de Plant, hasta llegar al clímax: un solo que es pura emoción.
No hay virtuosismo gratuito aquí. Page toca con el corazón desgarrado. Cada bend, cada vibrato, es una súplica, una forma de convertir el dolor en belleza. Su solo es una montaña rusa emocional: sube con furia, explota con angustia y desciende con resignación, dejando al oyente sin aliento.
El Chirrido que Humaniza al Gigante
La autenticidad de “Since I’ve Been Loving You” es total. Fue grabada prácticamente en vivo, y esa honestidad dejó un pequeño, pero icónico, detalle: el chirrido del pedal de bombo de Bonham.
A los tres minutos y medio, justo antes del gran solo, puede oírse claramente. Page decidió no eliminarlo, dejando esa imperfección como un recordatorio humano.
Ese chirrido es testimonio de una banda tocando con el alma, en carne viva, sin artificios.
Una Odisea del Blues y del Dolor
“Since I’ve Been Loving You” es una odisea emocional que navega por las aguas del desamor y la añoranza. La intensidad de Plant y la maestría de Page crean una sinfonía de emociones crudas y sin adornos.
Su estructura lenta y melancólica permite que cada nota penetre profundamente en el alma, capturando la esencia misma del blues: el dolor hecho arte.
Para mí, “Since I’ve Been Loving You” fue mi punto de entrada al apasionante mundo del blues. Tras largos momentos de escucha, se convirtió en una de mis canciones favoritas de Led Zeppelin, porque en ella encontré toda la pasión, el sufrimiento y la belleza que solo el blues puede transmitir.
A pesar de las críticas iniciales que catalogaron a Led Zeppelin III como una “traición” al rock, esta canción demostró que la banda no había perdido su filo. Por el contrario, lo había templado, canalizando su energía hacia una pieza inmortal.
“Since I’ve Been Loving You” no es solo una canción: es una herida abierta en el corazón del blues.


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