Bob Dylan, el legendario cantautor que ha moldeado la música y la cultura del siglo XX con su genio poético y su carácter esquivo, es un hombre cuya vida privada permanece tan envuelta en misterio como las letras de sus canciones. Nacido Robert Allen Zimmerman en 1941 en Duluth, Minnesota, Dylan se convirtió en un ícono desde los clubes folk del Village neoyorquino en los años 60 hasta su consagración con el Premio Nobel de Literatura en 2016. Sin embargo, detrás del mito, existe un padre cuya relación con sus hijos, especialmente con Jesse Dylan, encuentra un eco conmovedor en su canción Forever Young, del álbum Planet Waves (1974).
Esta pieza, escrita en un momento de introspección, revela una faceta tierna y vulnerable de un artista que ha hecho del secretismo un arte.
Esa actitud esquiva que Dylan proyecta en el escenario —el personaje huraño de pelo alborotado, gafas Wayfarer y cigarro en mano— se traslada a su vida privada desde hace décadas. Como él mismo ironiza en I Contain Multitudes, de su aclamado disco Rough and Rowdy Ways (2020), citando a Walt Whitman: "Canto las canciones de la experiencia como William Blake / No tengo nada de lo que disculparme". Su habilidad para blindar su intimidad es tal que su segundo matrimonio con Carolyn Dennis no trascendió hasta casi una década después de su divorcio, demostrando que el de Duluth aprendió con el tiempo a convertir el secretismo en una forma de vida.
Sin embargo, en sus primeros años, Dylan no era tan reservado. Su relación con Suze Rotolo, inmortalizada en la portada de The Freewheelin’ Bob Dylan (1963), y su romance con Joan Baez, con quien compartió escenarios emblemáticos como la Marcha sobre Washington, mostraban una mezcla de vida y arte.
Todo cambió en 1965, cuando electrificó su sonido en Newport y, tras un accidente de motocicleta en 1966, se recluyó en Woodstock con su primera esposa, Sara Lownds, y sus hijos. Fue en este período de estabilidad familiar donde nació Forever Young, una canción que muchos vinculan directamente a Jesse Dylan, su primogénito con Lownds, nacido en enero de 1966.
Lanzada en el disco Planet Waves (1974), grabada junto a The Band, Forever Young es una bendición lírica que contrasta con la ambigüedad habitual de Dylan. Con versos como "Que crezcas para ser justo / Que crezcas para ser verdadero / Que siempre conozcas la verdad / Y veas las luces que te rodean", la canción parece un deseo íntimo para Jesse, quien llegó al mundo poco después de la boda secreta de Dylan y Lownds en 1965. Acompañada por un arreglo sencillo de guitarra acústica, órgano y la armónica icónica de Dylan, la versión lenta de la canción destila una ternura rara en su catálogo, mientras que la versión rápida, más animada, refleja una esperanza vibrante. Este doble enfoque sugiere una dualidad: el padre protector y el artista que celebra la vida.
La dedicatoria a Jesse cobra mayor sentido al considerar el contexto de Dylan como padre. Con Lownds, tuvo cuatro hijos biológicos —Jesse, Anna, Sam y Jakob— y adoptó a Maria, hija de ella de un matrimonio anterior. Durante los años en Woodstock, Dylan vivió una etapa hogareña, alejado de la vorágine de los 60. Según el biógrafo Howard Sounes, este fue un tiempo de felicidad relativa, aunque el matrimonio se fracturó hacia 1977, culminando en un divorcio que inspiró el desgarrador Blood on the Tracks (1975). A pesar de la ruptura, Jakob Dylan destacó en 2005 que sus padres "fallaron como marido y mujer, pero no como padre y madre", subrayando el compromiso de Dylan con su prole.
El segundo matrimonio de Dylan está todavía más rodeado de misterio y fue un verdadero hito lo mucho que tardó en conocerse. En 1986, se casó con Carolyn Dennis, una de las coristas que lo acompañaban en gira, y estuvieron juntos hasta su divorcio en 1992, pero nada trascendió hasta 2001, cuando Howard Sounes publicó su biografía Down the Highway: The Life of Bob Dylan. Sounes reveló que la pareja tuvo una hija, Desiree Gabrielle Dennis-Dylan, nacida en 1986, meses antes de la boda. El apellido Dylan no aparecía en su certificado de nacimiento, y el matrimonio permaneció sellado gracias a una ley de privacidad de California. Ante la salida del libro, Dennis admitió la relación en un comunicado, desmintiendo afirmaciones de que Dylan renegaba de su hija: "Retratar a Bob como alguien que ‘esconde a su hija’ es malicioso y ridículo. Eso es algo que él jamás haría. Bob ha sido un padre maravilloso y muy participativo para Desiree".
Jesse Dylan, hoy director de cine, y Desiree, quien ha heredado la pasión musical de su padre, representan extensiones de ese legado paterno. Aunque Jesse no siguió los pasos musicales de Jakob (líder de The Wallflowers), su nacimiento marcó el inicio de una etapa en la que Dylan buscó equilibrar su arte con su vida familiar. En Chronicles: Volume One (2004), Dylan menciona su deseo de escapar de la "rueda de hámster" tras el accidente, un indicio de su necesidad de proteger a sus hijos del caos de la fama. Forever Young, con su mensaje de fortaleza y bondad, encapsula ese anhelo paterno en un hombre que, como dice en I Contain Multitudes, contiene multitudes pero rara vez las revela.
A sus 83 años en 2025, Dylan sigue siendo un enigma, pero Forever Young ofrece una ventana a su corazón de padre. Dedicada a Jesse y, por extensión, a todos sus hijos —incluyendo a Desiree, cuya existencia mantuvo en secreto—, la canción trasciende lo personal para convertirse en un himno universal de amor y esperanza, un raro destello de vulnerabilidad en un artista que ha hecho de la coraza su segunda piel.
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