Crecí escuchando la música de The Who desde muy joven. Recuerdo descubrir los temas de su ópera rock Tommy, que me atraparon con su fuerza narrativa y musical. A partir de ahí, me sumergí aún más en su universo comprándome sus discos Who's Next y Quadrophenia, para mí sus obras maestras, que devoré de principio a fin, con cada acorde resonando en mi interior.
Sus canciones formaban parte de mi día a día, eran la banda sonora de mi juventud. Temas como "Baba O'Riley", con su intro hipnótica de sintetizador, "Won't Get Fooled Again", con su energía desafiante, "Song Is Over", con su melancolía contenida, y "Behind Blue Eyes", con su ternura y rabia, acompañaban mis momentos más importantes.
El grupo The Who, sus canciones y mi vida crecían al unísono, formando casi una misma cosa. Me sentía parte de su universo sonoro, como si cada palabra de Pete Townshend y cada grito de Roger Daltrey reflejaran algo de mí mismo. Por eso, Who's Next es un álbum muy especial para mí, una cápsula de recuerdos maravillosos que sigue latiendo con la misma fuerza cada vez que lo escucho.
En 1971, The Who lanzó Who's Next, un álbum que marcó un hito en la historia del rock y consolidó a la banda como pionera del sonido moderno. Este trabajo surgió de las cenizas del ambicioso proyecto abortado Lifehouse, una ópera rock futurista ideada por Pete Townshend como secuela de Tommy. La magnitud y complejidad del proyecto, sumado a las tensiones con su mánager Kit Lambert y las dificultades para materializar la conexión interactiva con el público que Townshend soñaba, hicieron que Lifehouse se desmoronara.
A los seguidores de The Who les agradaba más ver la crudeza del rock cuando Pete Townshend destrozando al final del concierto su guitarra que todas estas visiones futuristas Sin embargo, lejos de rendirse, la banda rescató varias de sus canciones, convirtiéndolas en el núcleo de su siguiente disco.
Bajo la producción de Glyn Johns, The Who grabó en el Rolling Stones Mobile Studio y luego en Olympic Studios, donde lograron capturar un sonido innovador gracias al uso prominente del sintetizador, especialmente en "Baba O'Riley" y "Won't Get Fooled Again". La primera, un homenaje a Meher Baba y Terry Riley, introdujo un riff de sintetizador icónico que revolucionó la música rock, marcando el inicio de una era de experimentación sonora. La segunda, con su poderoso mensaje contra las revoluciones vacías y la manipulación política, cerraba el álbum con una fuerza inigualable, con Roger Daltrey lanzando su desgarrador grito final como una declaración de independencia musical.
El álbum también incluyó temas como "Behind Blue Eyes", una balada conmovedora que revela la vulnerabilidad detrás de la fachada de dureza, con una estructura que evoluciona de la melancolía a la furia contenida, y "My Wife", la única canción no proveniente de Lifehouse, escrita por John Entwistle con su característico humor oscuro y una sección de vientos arrolladora que añadía un matiz distinto al álbum. "Going Mobile", con su energía ligera y fresca, mostraba a Townshend en la voz principal, celebrando la libertad de la carretera con acordes vibrantes. "The Song Is Over", por otro lado, cerraba un ciclo emocional con una mezcla perfecta de melancolía y esperanza, con Nicky Hopkins en el piano aportando una delicadeza sublime. Cada canción reflejaba un aspecto distinto de la banda: la introspección de Townshend, la potencia vocal de Daltrey, el virtuosismo melódico de Entwistle y la energía desbordante de Keith Moon, cuyo estilo de batería caótico pero preciso impulsaba cada tema con una intensidad inigualable.
La portada del álbum, fotografiada por Ethan Russell, mostraba a la banda junto a un pilote de hormigón en un paisaje desolado, con manchas que sugerían orina, haciendo alusión al monolito de 2001: Una odisea del espacio. La imagen capturaba el espíritu irreverente de la banda, añadiendo un toque de surrealismo a un álbum ya de por sí visionario. Incluso esta elección visual reforzaba la idea de una música que trascendía su época, empujando los límites del rock hacia territorios inexplorados.
Who's Next no solo fue un éxito comercial, alcanzando el Top 5 en las listas de Estados Unidos y Reino Unido, sino que se convirtió en un referente cultural, con canciones que siguen resonando más de cinco décadas después. La capacidad de The Who para transformar un fracaso conceptual en una obra maestra es un testimonio de su genio artístico y su inquebrantable pasión por la música. El álbum, más allá de su contexto original, permanece como un símbolo de la energía y la innovación que definieron a una de las bandas más legendarias del rock. Cada escucha es un recordatorio de que, a veces, las mejores creaciones nacen del caos, y Who's Next es la prueba viviente de ello, un monumento sonoro que sigue inspirando a generaciones de músicos y oyentes por igual.
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