KEROUACS – ISLA DE WIGHT 1969
Hacía mucho tiempo que no escuchaba esta canción. El otro día, por casualidad, me apareció trasteando por YouTube y fue como abrir una ventana al pasado: de pronto me vi transportado a otro tiempo, a otro verano, a una escena sencilla pero luminosa que todavía guardo con cariño. “Isla de Wight 1969” de Kerouacs me trajo de vuelta unos bonitos recuerdos, de esos que se quedan grabados no por su grandiosidad, sino por la emoción íntima que despiertan.
Este es uno de esos casos curiosos de la música: una canción de un grupo desconocido que, sin grandes alardes, logra tocar una fibra generacional, un tema que de pronto se convierte en himno y se instala en la memoria de quienes lo escucharon en el momento justo. Recuerdo perfectamente cómo llegó a mí: fue durante un verano, alguien llevó el disco y lo puso… y la canción sonaba muy bien. Era pegadiza, melódica, y tenía una letra cargada de imágenes evocadoras. Lo tenía todo para ser un éxito, y lo fue.
“Isla de Wight 1969” está inspirada en la filosofía hippie que impregnaba el aire de aquella época, ensalzando la paz, el amor y un estilo de vida libre, casi utópico. Esos ideales flotan en cada verso, en cada acorde. La canción logra capturar esa mezcla de nostalgia y esperanza, esa sensación de estar en medio de algo grande, único, irrepetible. Con el tiempo, si no me falla la memoria, incluso Demis Roussos hizo una versión de este tema, lo cual confirma la trascendencia de su melodía y su mensaje.
El tema, como su título indica, se basa en el mítico Festival de la Isla de Wight, ese evento legendario que desde su inauguración en 1968 se convirtió en un símbolo de libertad, música y comunión generacional. Por allí pasaron nombres que ya son eternos: Jimi Hendrix, The Who, Bob Dylan… figuras que dejaron su huella en el escenario y en el alma colectiva del festival.
Lo que hace especial al Isle of Wight no es solo su impresionante cartel —que abarca desde el rock clásico hasta el pop contemporáneo—, sino su atmósfera irrepetible: campamentos vibrantes, instalaciones artísticas, experiencias compartidas y ese espíritu de comunidad que tan difícil es encontrar hoy en día. “Isla de Wight 1969”, la canción, logra transmitir todo eso en apenas unos minutos.
Cada vez que la escucho, me entra una especie de nostalgia feliz, como si pudiera cerrar los ojos y aparecer allí, entre tiendas de campaña y guitarras, entre bailes improvisados y miradas cómplices. No viví ese festival, pero esta canción me permite imaginarlo con tal claridad que casi podría jurar que estuve allí.
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